sábado, 18 de abril de 2009

Día mundial del libro y del derecho del autor

Lectura de cuentos, en el marco de la Muestra Estatal de Cuento 2008.

Los libros y los frenos burocráticos.

Luis Hernández Montalvo

Mató a su hermanita la noche de reyes para que todos los juguetes fueran para ella”, Crímenes Ejemplares, Max Aub, 1957.

El mundo se prepara para celebrar el “Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor”. Es una iniciativa instaurada por la UNESCO desde el 23 de abril de 1995, es una fiesta para los escritores y lectores que acerca los libros a millones de hombres y mujeres en el mundo.

Foto de Araceli. Aula de niños cubanos en la lectura. La Habana, Pedagogía 2009.

Es probable que exista una preocupación de varios gobiernos por impulsar la lectura entre los niños y jóvenes del mundo, como una respuesta a la presencia abrumadora de lo que se ha dado en llamar “nuevas tecnologías” y que han simplificado una buena parte del trabajo escolar que en otro tiempo, no muy lejano, lo cubrían los libros. Durante cientos de años, las bibliotecas guardaron en su interior la memoria de los pueblos y el acervo cultural de los distintos grupos de hombres y mujeres que le dieron origen a nuestra civilización.

La fecha del 23 de abril, está asociada a las fechas de nacimiento y muerte de varios escritores, aseguran algunos y otros, la asocian al día de San Jorge, patrón de Cataluña, España, y que según la tradición, mató a un dragón que iba a devorar a una princesa. Se trata de una leyenda y forma parte de la literatura.

A principios de este siglo y coincidiendo con la alternancia de un nuevo gobierno dirigido por el Partido Acción Nacional, se decretó la creación de “bibliotecas de aula”, como parte del Programa Nacional de Lectura, la inversión debió ser millonaria para dotar a miles de aulas en el país de una biblioteca básica como apoyo a los maestros. Un servidor fue “…designado para integrar el Comité Estatal de Selección Ampliado…”

En el transcurso de uno a dos años, fui citado a reuniones periódicas, ahí fuimos informados que en la ciudad de México, había sido creado un organismo encargado de proponer los mejores textos, nos decían que se trataba de personal especializado en literatura infantil y juvenil. Cuando empecé a ver los títulos, empecé a dudar de la eficacia de este grupo de especialistas.

La idea en si no era mala, pero los funcionarios de la SEP ignoran que el problema de la lectura como el de la escritura, no se resuelven con “capacitaciones” para los profesores, el problema no es técnico, sino cultural. Los cerca de cincuenta mil profesores de educación básica en Puebla y más de un millón en el país, salvo honrosas excepciones, los profesores que enseñan a leer, no leen, y los que enseñan a escribir, tampoco escriben.

Antología de cuentos, creada por alumnos de la EST. No. 60, en el marco de la Muestra Estatal de Cuento 2008.

También nos informaron que en Puebla, había sido integrado un nutrido grupo de escritores poblanos que se encargaban de leer los textos y por escrito hacían llegar sus observaciones, sugerencias, incluso vetos. Cada escritor recibe una buena cantidad de dinero por cada reporte de lectura. El mencionado Comité Estatal de Selección Ampliado, tenía las mismas funciones, pero como estaba integrada por profesores, el trabajo especial, estaba incluido en el salario.

En una ocasión se presentó la funcionaria encargada del Programa, y después de entregarnos los saludos de sus jefes, nos pidió un gran favor. Resulta que a los grupos revisores se les había escapado un texto, que en opinión de la funcionaria, se trataba de un texto horrible, que podía inducir a los niños al crimen, de trataba de un pequeño texto de bolsillo de Max Aub “Crímenes Ejemplares”. El libro debía ser retirado de las bibliotecas y ser desaparecido, bajo estrictas medidas de seguridad, sin que la prensa se enterara, por temor al escándalo, nos recordaron lo que sucedió en una escuela privada cuando una profesora había sido cesada por promover entre sus alumnos el texto de Carlos Fuentes, “Aura”.

Una maestra que estudiaba literatura en la Escuela Normal del Colegio Benavente, a sugerencia de sus maestros, debía retirarse también la novela “Los Albañiles” de Vicente Leñero, por estar escrita en una lengua inculta, con malas palabras…

Cuando empecé a escuchar lo anterior, pedí la palabra y palabras más o menos, dije que me daba gusto que no conociéramos el contenido de los libros, si el criterio que iba a prevalecer era el de nuestros criterios estrechos, pretendidamente moralizadores, cargados de prejuicios religiosos y una profunda ignorancia sobre el tema que nos ocupaba, de esa manera varios de esos libros llegarían a las aulas. El problema es que los maestros de grupo, debían leer los textos antes de que lo hicieran sus alumnos.

Antología de cuentos, en el marco de la Muestra Estatal de Cuento 2008.

Antología de cuentos, en el marco de la Muestra Estatal de Cuento 2008.

A esta reunión llegaron profesores inteligentes y asiduos lectores, por lo que podía escuchar en las discusiones y por lo menos dos o tres de los capacitadores conocen su trabajo, son lectores de tiempo completo, y con una amplia cultura pedagógica para la enseñanza de la lectura y escritura, formados en un programa especial.

Ante la insistencia de mi cultísima compañera del Benavente, alcance a decir que me daba gusto que los sacerdotes lasallistas no conocieran la Biblia, porque en lugar de hacerle honores con incienso, ya la hubieran quemado. Al abrir las primeras hojas de este sagrado libro nos topamos con los hermanos Caín y Abel con una triste historia de crimen y recordé un dicho atribuido al filósofo de Tecomatlán, que dice: Desde nuestros primeros padres, hasta los santos varones, todos han sido una punta de cabrones.

Esta fue la última reunión a que fui convocado. Desde hace dos años dejé de formar parte de ese grupo selecto denominado Comité Estatal de Selección Ampliado, sin que mediara una explicación, sin que me extendieran una constancia, finalmente lo que indigna es el no reconocimiento del trabajo.

He recorrido varias escuelas de Educación Básica cercanas a la ciudad de Puebla, en algunos casos los libros permanecen en las direcciones de las escuelas y no en las aulas, en otros casos, no han sido sacados de sus cajas, libros destruidos por falta de libreros, por descuido de los profesores, millones de pesos tirados a la basura, sin contar las toneladas de libros que se echan a perder en las bodegas de la SEP, junto a otros materiales que no se entregan a las escuelas y es que nuestro problema es cultural, desde el maestro de escuela que no lee, hasta los funcionarios.

El autor es profesor del Bachillerato General Matutino del Benemérito Instituto Normal del Estado de Puebla.

hernandez_luis21@yahoo.com.mx

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