Los niños son bien aguzados
Por Celestino Reséndiz Castañeda
Jacobito es bien listo, busca sus tretas para pasarla bien; últimamente ha tenido problemas, lo ha reprendido la maestra porque no ha cumplido con las tareas, la de aritmética le es difícil.
Sus cuates le silban desde el callejón para ir a jugar fútbol, urge hacerla y no encuentra pretexto para escapar. Ve llegar a su papá sudoroso y se dice: aquí está. Espera tranquilo. Su papá pasa por su toalla y se dirige al baño y él corre por su cuaderno y finge que va a trabajar, al escuchar el ruido del agua de la regadera, se acerca a la puerta:
-Papá -dice muy amoroso.
-¿Qué hijo?
-¿Tú sabes sumar y restar?
-Sí hijo, ¿no sabes que soy profesor?
-A ver si es cierto papá. ¿Cuántos son ocho más siete?
-Quince hijo.
-¿Y veintiuno menos nueve?
-Doce Jacobito.
Y ahí están, Jacobo pregunta y pregunta y su papá tararea su canción preferida y contesta y contesta.
-Haz tu tarea hijo, no ves...
-¡Ya la hice papá! Nos vemos.
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